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MAS ALLA DE LA MONTAÑA
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PEDRO ACUÑA MEZA
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Primera parte…….
Desde que tuve uso de razón, allá en mi pueblo natal, me llamó mucho la atención ver a los lejos cuando relampagueaba, como se pintaba de luz la cresta de una lejana cordillera; pregunté a mi madre y a mi abuela quienes me dijeron: Esa es la montaña de donde vienen las lluvias, donde nace el arco iris, donde viven los duendes, por donde sale el sol en las mañanas y por donde se muere por las tardes, esa es la montaña de los que se van para siempre, donde viven las estrellas.
Durante el día, miraba la inmensidad de la sabana y nunca pude verla; pero en las noches, cuando la luna llena me permitía soñar y tenía suerte, lograba verla a lo lejos, como la pincelada más linda que el mejor pintor hubiera hecho.
Crecí en un pueblo donde la gente nacía, crecía, se reproducía y moría. El cementerio tenía las tumbas contadas, cada habitantes era dueño de un predio, por que ahí debía ser enterrado. Los abuelos compraban los ataúdes y los colgaban en el zarzo de la casa para lo prestarlo al que primero fuera muriendo.
Mi pueblo tenía más dos cientos años de haber sido fundado y desde entonces no había crecido; su crecimiento era controlado de manera natural, el número de nacido por año, era equivalente al número de fallecidos. Las familias conformaban redes consanguíneas todas extrañas, pero normales para todos, menos para mi.
No vivía conforme ahí, y desde muy niño empecé una lucha interna conmigo, con mis sueños y mi gente; con mi entorno y mi alegría, era como si aquel no fuera mi lugar, como si hubiera nacido en el lugar equivocado. Me volví rebelde, diferente, anormal y antisocial, por un tiempo. Me costó mucho empezar a despojarme de aquel caparazón con la que había nacido; pero un día me propuse: traspasar los límites e ir, más allá de la montaña.
Elaboré una estrategia personal, basada en una sola meta, en un solo propósito: traspasar la montaña. Cambié, me volví pasivo, igual, normal y social; entonces, todo fue un poco más cómodo. Logré mimetizarme como cualquier paisano, bajé la cabeza, me dejé llevar por la corriente de los acontecimientos y esperé el momento preciso. Mi madre, mi padre y mi abuela, siempre lo supieron, siempre me entendieron y calladamente, inclusive, sin que yo me diera cuenta, hilaron acciones para que el día que deseara volar, no me fuera tan difícil. Y ese día llegó. Había cumplido la edad precisa y había llegado la oportunidad. Como a aquélla crisálida, se me había llegado la hora.
Ahora tenía miedo, los años y el tiempo me habían empezado a acostumbrar, ya casi no veía por las noches, los relámpagos sobre la lejana montaña; hasta me había enamorado, había empezado a echar raíces; pero ahí frente a mi, estaba el tren a punto de partir hacia el otro lado de la montaña. Acaso ese no era mi sueño?. Corrí como un loco tras la cansada locomotora que se alejaba zigzagueante, hacia quien sabe donde. Me arranqué el corazón, me quité el alma, la suerte estaba echada..
Lloré por primera vez, había viajado toda la noche y no había pegado los ojos un minuto. El recuerdo de todo aquello que había dejado atrás, no podía arrancarlo de un tajo, tan fácilmente; pero la alegría de enfrentarme a mis anhelos, me lo compensaba todo. El sol aún no aparecía, aunque ya podía sentir su luz, me asomé por la ventanilla y oh que asombro!, una inmensa llanura vieron mis ojos, allá a lo lejos vi mi pueblito, como un pesebre navideño, que apenas empezaba a despertarse, entonces pregunté: ¿ Y la montaña? Dónde está la montaña?: Un señor que iba delante, me miró extrañado y contestó adormitado aún: - Vas viajando sobre ella… ::::::::::::::::::::::Continúa
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ESPERANDO EN EL DIVAN
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PEDRO ACUÑA MEZA
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Y heme aquí sentado, sentado en el diván….
Esperando a que llegues a mirarme a los ojos,
a escudriñar mi mente y buscar el dolor,
que tiene los ausentes, aquellos que se van
Aquí estoy esperando, tu llegada puntual…
Sabiendo muy seguro que pronto llegarás
con tu voz cantarina, que clavas cual puñal,
en mi pecho dolido ansioso de esperar
Aún quedan dos minutos, son una eternidad…
En mi mente revuelan como una tempestad,
mil cosas, mil ideas que te quiero contar,
pero que siempre callo, porque tengo temor,
que cuando te las cuente, ya no regreses más
Aquí estoy esperando sentado en el diván…
Ya te escucho los pasos, ya te siento llegar,
mi pecho ahora se agita, todo empieza a brillar
Tanto tiempo esperando, para hablarte…Mamá.!
Aquel bosque siempre había estado ahí. En él había corrido; bajos árboles construí tantos sueños; conocía cada uno de sus caminos, cada uno de sus atajos; sin embargo, aquella tarde, sin razón alguna, me perdí en él. Por mucho que anduve, no logré hallar la salida. Cuando llegó la noche, me encontré en un bosque extraño, rodeado de ruidos desconocidos y misteriosos; oías voces, sentía pasos y olía cerca de mí, la piel de animales salvajes y hasta sentía, como la brisa que siempre fue mi amiga, se había convertido en mi gran enemiga. Estaba perdido en mi propio bosque.
Dejé de tanto caminar de un lado a otro y me senté a esperar, no se qué, pero me senté ahí, en cualquier lugar, en medio de aquella noche oscura y larga. Era la primera noche que pasaría lejos de mis padres y hermanos, lejos de mi casa. Mis padres seguramente me estarían buscando-pensé. A veces escuchaba rumores de voces conocidas, pero nada, la brisa parecía querer jugar con mis temores, como si se estuviera burlando de mí.
No sé cuanto tiempo pasó; me quedé dormido. Lo que si puedo asegurar es que desperté sobresaltado y observé a mi lado muchos ojos feos que me miraban, como si brotarán de una cavernas peludas que se movían a mi alrededor: estoy soñando-dije entre dormido- y volví a cerrar mis ojos para seguir durmiendo, pero no estaba soñando, lo supe cundo una voz muy dulce, que salía de una de esas caras horrible como la peor de las máscaras, me dijo:-Somos los monstruos de tu bosque que te hemos encontrado a la intemperie, bajo la lluvia y te hemos traído a nuestra cueva, pero no temas, somos tus amigos. Siempre hemos estado aquí, desde antes de tu nacer, te hemos visto crecer en este bosque donde permanecemos como encarcelados, deambulando bajo la sobre de la noche oscura por temor de salir a luz del día, porque sabemos que ustedes no están en capacidad de aceptarnos como algo propio. Y porqué nunca los había encontrado? - pregunté, un poco más tranquilo, aunque recelosos aún. -Porque hubieras dejado de volver aquí, y nosotros necesitamos de ustedes. Ustedes nos alimentan, nos permiten sobrevivir, gracias a todas esas cosas que ustedes esconden en el bosque. De eso vivimos nosotros, dijo aquella voz que parecía un bello susurro. Continuó diciendo:- Aquí te tendremos hasta un poco antes de amanecer, luego te llevaremos cerca de los tuyos y te rogamos no le cuente a nadie lo que esta noche has visto. Primero porque nadie te creerá y segundo para todo siga igual y nos dejen vivir tranquilos.
Cuando se acercaba el alba, aquellos, ahora mis monstruos amigos, me mostraron el camino que me llevaría de regreso a casa, con mis padres y con los míos. Nos despedimos en medio de abrazos y llantos.
La vuelta mi hogar causó mucha alegría a mi familia y vecinos que durante toda la noche, me habían buscado sin descanso sin hallar siquiera huellas mías. A todos les conté que unos monstruos del bosque me habían rescatado y me había traído de vuelta a casa, pero nadie me creyó, mis padres se miraron entre sí y solicitaron una cita con el siquiatra.
Desde aquel día, cada vez que puedo, vuelvo a mi bosque amigo a encontrarme con aquellos monstruos que ahora considero míos; con mis pesadillas, con mis sueños y mis temores.
Y tú, cuando corres el riesgo de encontrarte con tus monstruos, los que viven ahí, en tu propio bosque?
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Reflexiones de don Seve
Por pedro Acuña Meza
Ayer me encontré con don Seve, un rústico y auténtico campesino costeño, de aquellos tiempos, cuando el campo era campo; cuando olía a flores, cuando se escuchaba el murmullo de los arroyos, cuando cantaban los pajaritos, cuando corría la brisa fresca, cuando se veían saltar ariscos los conejos, cuando se le temía al tigre,- eran otros tiempos-, me decía don Seve.
-Se acuerda usted: todo abundaba: el maíz, la patilla, los melones, la yuca…la comida nunca faltaba. Todos trabajábamos, la mujer, los hijos; se acuerda de esas canciones vallenatas de Jorge Oñate como el campesino parrandero, y esa que dice: vengo de la montaña de allá de la cordillera ya dejé mi compañera junto con mis dos hijitos…(Mujer conforme) .cantaba don Seve dejando ver sus pocos y amarillentos dientes desgastados por el tabaco y el tiempo….-perdone- me dijo y continuó con su voz entrecortada. Eso se acabó.
-Se acuerda que preparábamos la tierra en febrero y marzo: cortábamos el pasto y alistábamos todo para la quema..si la quema..Porque con la quema limpiábamos la tierra y las ceniza que quedaba era el abono; esos cultivos crecían bonitos…no había plaga, no tenía tiempo de crecer ningún animal dañino. Sólo cuidábamos la cosecha era de los monos, las guartinajas, los loros y las guacamayas..se acuerda que teníamos que pajarear los sembrados…había cosechas sanas, puras y limpias… En los ríos los peces sobraban; se pescaba a nuestra manera y nunca faltó el pescado. Después empezaron a reglamentar todo, el Gobierno se metió con sus normas y leyes absurdas y vea como estamos.
Continuó don Seve contándome con su mirada perdida en la distancia- Empezaron por prohibir la quema, con la excusa que se le quitaban los nutrientes a la tierra, pero aparecieron con los plaguicidas que arrasaron con todo…hasta con nuestros hijos y de ellos nadie opina nada. Nos metieron los plaguicidas por todas partes. Los plaguicidas acabaron con el empleo, porque un tipo con una bomba en las espaldas rociaba solo, más de tres hectáreas diarias, lo que antes lo hacíamos 20 hombres rozando durante una semana, peor si ese pasto no volvía a brotar jamás. Envenenaron los arroyos, las plantas, las aves, el aire, sin ningún tipo de control ni responsabilidad. Acabaron con mi historia, con mi familia, con mi vereda, con mis amigos, con mi esperanza… aquí estoy en la ciudad como bicho raro viviendo en la miseria y visto como un delincuente peligroso y desadaptado. Están acabando con el planeta.
Y …Todo empezó por quitarnos la quema. la CAR que es? A quien defiende? A quién le sirve? Quién la administra?….
Voy al médico…?
Por: Pilín
Que vaina, nuestro modelo de salud pública. El solo hecho de pensar en ir al médico ha empeorado el malestar que tengo. Ya me imagino metido en papeleos, filas, desorden, gritería, perdida de tiempo, vueltas, etc. Y esto no lo digo por fregar.
Resulta que la última vez que fui, fue todo un víacrucis. Tuve que madrugar para poder acceder a una cita con el médico general, después de medio día perdido. La cita me la dieron para los tres días siguiente, eso porque tengo un familiar lejano que logró tener un privilegio conmigo. El día de la cita fue una lucha, primero con la larga fila a pleno sol que me tocó hacer hasta llegar a facturación donde tuve que dejar un jurgo de fotocopias, gracias a un buen samaritano que me cobró cinco mil pesos para cuidarme el puesto, pude facturar a tiempo.
De la atención médica no me quejo, eso si fue rapidito, el médico parecía un robot haciendo preguntas mecánicas y llenando papeles y papeles y mirando una pantalla de un computador que pitaba y pitaba. Al fin me miró y me dijo: -Tome estos estas órdenes de laboratorio y de rayos x y vaya pida cita para que se los hagan y después que ya los tenga vuelve y pide cita para volverlo a ver y charlamos-. Un poco extrañado le pregunté:-Doctor, pero no me va a dar nada para este dolor de espalda que me trajo a la consulta?. –Hasta que no tenga los resultados no puedo hacer nada, usted comprenderá, son órdenes superiores-dijo frunciendo el ceño-se puso de pie y con voz fuerte llamó al siguiente paciente- es decir, yo quedaba despachado.
Salí de ahí, no se si contento o frustrado, verdaderamente, no tengo ni idea. No se si quería dejarlo todo o continuar con el reto. Ya había perdido más de cinco horas. La esperanza que me quedaba era que había más de doscientas personas que al terminar la tarde tendrían la misma situación mía. Me acerqué a otra ventanilla a pedir la cita para la toma de los exámenes y para que me explicaran que debía hacer, encontrándome con un letrero que decía: “se atiende de 8 a 10 de la mañana, personalmente”.
Para que paga uno un seguro de salud?, porque complican tanto las cosas?. Yo vivo aquí en el pueblo, como será el trajín de nuestros campesinos. Quien se beneficiará con la plata de la salud?
Salí y me acerqué a una farmacia que queda al lado del hospital y le pedí al señor que me diera algo para el dolor de espalda, creo que me sirvió porque eso hace ya más de un año y no he vuelto a sentir esa molestia. Será por eso que en mi pueblo hay más farmacias que viviendas?
Ahora mismo estoy pensando, si voy al médico o no?. Que hacemos con nuestro modelo de salud? Cómo mejoramos todo esto?. Usted me podría ayudar?
DEPORTES TOLIMA, CON IDENTIDAD
Por Pedro Acuña Meza
Desde mediados del año anterior he venido siguiendo de cerca, desde el punto de vista futbolístico, al equipo ibaguereño, Deportes Tolima, de la mano del Profesor Hernán Torres. Desde entonces hasta la fecha puedo asegurar con plena certeza que poco a poco se vislumbra en este grupo de muchachos un elemento crucial: la identidad. Es la identidad ese núcleo donde convergen los sueños, las esperanzas, los horizontes y los proyectos de vida. Ningún ser humano está por debajo de sus sueños y son ellos los que le inducen a luchar y continuar.
El Deportes Tolima de hoy, no es un equipo de fútbol común y corriente, es una comunidad social deportiva que tiene objetivos claros a corto, mediano y largo plazo, liderados por un ibaguereño que habla pausado y camina lento pero que conduce seguro a un grupo que en estos momentos puede soportar todo tipo de vicisitudes; es decir, no sólo están preparados para ganar, sino también para empatar y para perder ya que estas son las opciones válidas en toda competencia. Es un grupo que se ha blindado con el aumento de su autoestima, a pesar de todo el entorno social adverso que cada día les toca enfrentar.
Con lo anterior no estoy diciendo que el Tolima será campeón, lo que estoy afirmando es que con la identidad que ahora tiene puede luchar por ello y seguramente será un gran protagonista. Los grupos se conforman no para meterlos en cajas de vidrios aislados de su entorno ni se alejan de la razón primaria de su existencia como lo es la empatía comunitaria; se conforman para que luchen y soporten las presiones propias de su competencia, siendo esta la identidad que el Deportes Tolima ha adquirido.
Un equipo que trabaja todos los días, que repite sus dinámicas hasta optimizarlas, que observa y analiza el comportamiento de sus adversarios, que vive el fútbol, que respira fútbol y que come fútbol, tiene que alcanzar el nivel de alto rendimiento que hoy presenta el Deportes Tolima de Ibagué.
Personalmente admiro los equipos de fútbol humanos, que respetan al otro y lo valoran mas presto poco valor a aquellos que se consideran grandes creyendo que todo lo deben arrasar desconociendo al otro como parte vital de su misión.
El Deportes Tolima mañana perderá, ganará o empatará, pero tengan la plena seguridad que veremos a ese grupo de muchachos entregando hasta la última gota de su sudor en cada competencia y eso es lo que siempre debemos aplaudirles. Adelante profe Torres, que hay Tolima con identidad y sentimiento de pertenencia para rato. Cuando se trabaja con entusiasmo jamás se fracasa. Ya todos son unos triunfadores.
Benditos piojos…
Sólo los costeños sabemos la nostalgia que nos da recordar aquellos tiempos de los piojos. Me acuerdo de mi abuela sentada en un taburete al frente de la puerta de la casa, con la calilla en la boca y la candela hacia adentro, sus ojos aguileños perdidos en las añoranzas de sus tiempos juveniles, contándome largas historias de fantasmas y apariciones mientras me sentaba en sus regazos a espulgarme la cabeza disque para quitarme uno a uno cada piojo que caminaba en mi frondosa y espelucada cabellera.
Eran varias horas rutinarias cada noche de búsqueda y eliminación de piojos que mi abuela me dedicaba. Sentía cuando entre sus largas uñas estrujaba las liendres, eso me decía ella, a pesar de la oscuridad de la noche, el revoletear de zancudos a quienes ella con un viejo abanico y la humareda del matarratón intentaba alejar de sus polleras.
Ah tiempos aquellos, que por culpa de los piojos los niños de entonces teníamos por lo menos dos horas de caricias diarias y de plena dedicación por parte de nuestros adultos mayores, porque no hay cosas más rica que a uno le masajeen el cuero cabelludo, lo que hoy es sólo privilegio de los que pueden pagar caros centros de atención; pero, luego surgió el gamabenceno y con eso se perdió en el tiempo la excusa de dar caricias y amasijos a nuestros hijos y nietos, a quienes hoy a veces ni conocemos aunque vivamos en la misma casa.
Sólo los costeños sabemos cuantos recuerdos quedaron en nuestras improntas de esos inolvidables momentos de la sacada de piojos; ah benditos piojos que tanto contribuyeron para el apego que hoy, los que venimos de esos tiempos, sentimos por nuestros ancestros.
Pam
LA CRISIS ECONOMICA
Cuando ocurren epidemias causadas por enfermedades fácilmente prevenibles, siempre aparecen personas que de una u otra forma asumen su responsabilidad y sus cargos políticos se ponen en manos de otros, capaces de controlar la situación de inmediato; sin embargo, con relación a la presente crisis económica, nunca “expertos o especialistas” se han responsabilizado y las únicas cabezas que han rodado es la de un montón de desempleados que hoy yacen y deambulan en las calles asumiendo el nuevo rol de un número estadístico del Dane ( Departamento Nacional de Estadística).
Y los economistas, diseñadores y responsables de las grandes políticas estatales, muertos de la risa, llenando las primeras páginas en los importantes diarios o siendo los entrevistados de lujo de los más vistos noticieros de televisión del País y del mundo. Se les ve tranquilos, cero estrés y haciendo análisis “especializados” de una situación que es exclusivamente de ellos.
Dicen los economistas que el desempleo subió el 20%, en las estadísticas del Gobierno, cuando la realidad es que está por encima del 40%, sin meter los empleos de venta de arepa, avena, chorizo, minutos de celular, discos compactos, afiches, sangre, etc., etc.,….
No hay problema, ya vienen las nuevas elecciones y ahí estaremos en fila como buen garante marcando una equis en el tarjetón, llenos de euforia, alrededor de una buena papayera y al calor de unos tragos, exhibiendo la camiseta y la bandera de mi partido político ufanándome del plan económico de mi candidato, porque esta vez si será, repitiéndose así el ciclo de la miseria y el desencanto social.
Mientras tanto: Quien responde por esta tragedia económica?. O acaso el gobierno ya la declaró una tragedia natural impredecible?….
ORGULLOSO ARTISTA POPULAR
Yo no sé a quien se le ocurrió clasificar la música y los artistas, poniéndole el calificativo de “popular” a aquella música que nace de personas humildes, muchas veces sin conocimiento de protocolos melódicos, ni partituras, que sólo obedecen a los impulsos de sus corazones sinceros y libres que cantan lo que quieren, como quieren y cuando quieren.
Se le llama música “popular” será porque se hace con el mismo lenguaje con que se comunica el pueblo?, bueno, si es así yo también me siento orgulloso de ser un músico popular porque escribo lo que me ocurre en el diario vivir, lo canto como quiero y no me da pena pararme en medio de una calle y tararear a mis amigos la última composición.
Eso hacemos en la calle tercera de Ibagué con mis amigos compositores, mientras Alejandrino ofrece su avena fría a los transeúntes yo estoy cantando el último tema, luego se acerca otro compositor, y otro y otro y ahí sin darnos cuenta hemos formado un corrillo en medio de la calle que no pasa inadvertido a los miles de personas que alrededor circulan. Los músicos populares nos adueñamos del espacio y del momentos en un pedacito de Ibagué que amablemente nos brinda la añoranza de su corazón musical.
De ahí salimos para la casa de Alejandrino, donde acompañados de mi guitarra vieja y destemplada damos rienda suelta a nuestras dotes de músicos populares, al sabor una buena taza de tinto colombiano.
Los músicos populares no competimos con nadie, somos unidos, solidarios, sencillos, humildes, abiertos, respetuosos, creyentes, y conscientes que el arte no nos hará ricos, por eso con cada amanecer nos toca trabajar para poder vivir, tan populares como todos.
Si, los que tenemos suerte grabamos o nos graban y tenemos la oportunidad de poner a consideración nuestras creaciones a toda la comunidad, pero hay por ahí un montón que aún siguen con el sueño y la esperanza de inmortalizar alguna creación suya; sin embargo, lo que verdaderamente nos hace felices es que la gente de nuestro pueblo o por lo menos alguien de nuestra familia nos de su reconocimiento y tararee nuestras canciones.
Soy un orgulloso artista popular, agradecido con el talento que Dios me regaló y ufanado por los amigos que me rodean. Dios bendiga a todos los artistas populares.
SAYCO PARA RATO
El pasado 19 de Febrero participé en la asamblea anual que Sayco (la sociedad de autores y compositores de Colombia) celebra para escoger los delegados que en el mes de Marzo seleccionarán la Junta Directiva de la entidad. Esta reunión se celebró simultáneamente en cada regional Sayco del País.
Les contaré de la que se llevó a cabo en Bogotá, en el Club de empleados oficiales. Ahí nos encontramos una gran parte de los responsables de nostalgias, alegrías, serenatas, reconciliaciones, recuerdos y reminiscencias: los compositores de la mayoría de canciones que día a día suenan en las diferentes emisoras de Colombia. Estar sentado ahí, en medio de personajes con tantas historias se siente uno como el más privilegiado de los amantes del arte y del folclor.
La reunión estaba citada para las dos de la tarde, pero eran casi las cuatro y el salón aún continuaba vacío, mientras que los pasillos se confundían en bullicio, risas y saludos de compositores que muchas veces sólo se encuentran ese día cada año.
Después de mucha insistencia por fin se logró que ingresaran al salón de reunión y contestaran a lista. El Himno Nacional fue el abreboca, invitó a cantarse a viva voz, luego vino el himno de Sayco y lo que siguió después estuvo enmarcado dentro de los protocolos establecidos por los entes reguladores. Se escogieron los seis delegados previstos. No hubo ganadores ni perdedores, sólo hubo escogencia de representantes para que la Sociedad siga fortalecida. Nuevamente los compositores logramos juntos, componer un equipo que velará por nuestros derechos.
Ya con la noche fría bogotana a cuesta, uno a uno fuimos saliendo para nuestros hogares con la dicha del deber cumplido y con la esperanza del próximo año volvernos a encontrar para compartir un café y una nostalgia.
Gracias maestros…
REFLEXIONES DE UN EMPLEADO PUBLICO
Soy empleado de Planta de una empresa estatal de salud en Colombia y hoy fui objeto de un profundo análisis por parte de las directivas de mi Institución. Hago parte del grupo de riesgo que tiene a la empresa en alto riesgo financiero; valgo mucho y mis prestaciones son muy costosas, claro llevo más de 20 años laborando aquí. La directiva está buscando la estrategia de sacarme, de liquidarme, de arreglarme.
Que triste, yo que le entregué a esta Institución toda mi juventud, mi talento, mi creatividad, mis manos, mis ojos, mi vida, hoy no soy más que una carga laboral. Claro que con lo que me pagan a mi pueden contratar a tres personas con sueldo irrisorios, esa es la política. Hoy que ya mi espalda esta curvada por el peso de los años, mis manos temblorosas, mi cabello blanco, mis ojos con poca luz y mi fe raída, mi empresa está conspirando contra mi aún con el apoyo de una sociedad insensible y apática que poco le importan estas cosas humanas.
Ahí están los elegantes y caros administradores devanándose los cesos para ver como eliminan los cargos de trabajadores que como yo hemos dado toda la vida por el Desarrollo del País, mientras que allá afuera espera una larga fila de desempleados dispuestos a asumir mis funciones por cualquier contraprestación. Ahí viene por mí el gerente con su sonrisa ladina, sus finas manos, su elegante corbata, sus zapatos brillantes y sus amarillentos dientes manchados por la cafeína y la nicotina; ahí viene seguramente con la carta de despido en sus manos. No. No, pasó de largo sin saludar, así es todos los días, ya casi ni duermo pensando en el final, es un acoso permanente, concreto y tácito.
Cómo creen que es mi día a día? Tiene ustedes que vivirlo para poder describirlo, esto es una tortura. Y tú que clase de empleado eres?
NUEVO MODELO PSICOLOGICO
Sin rodeos. Poco a poco las personas está viendo a los psicólogos como profesionales aptos para brindar una atención en salud oportuna y útil en el aquí y el ahora. La globalización ha permitido que las distancias en espacio y tiempo se acorten considerablemente siendo el internet esa amplia autopista por donde transitan vehículos cargados de suculenta información libre de censura y manipulación.
Hoy, muchos psicólogos del mundo occidental, dentro de los que me cuento, dejamos de seguir comiendo cuento y alienándonos a protocolos viejos, descontextualizados y desactualizados de personajes que impusieron principios y conceptos a una sociedad autómata y sujeta a la censura de libertad y pensamiento. Aunque aún las universidades no se atrevan a actualizar sus programas académicos y las bibliotecas están repletas de libros viejos de psicología, algunos de los últimos psicólogos graduados luego del año 2000, hemos roto el cascaron y estamos estrenando las nuevas alas de libertad para experimentar el nuevo reto en la atención psicológica.
Los clientes que llegan a nuestros consultorios son conscientes de que no somos dioses y que como otro profesional de la salud podemos brindarle algunas herramientas para afrontar su problema de consulta de manera inmediata. Las personas llegan con un problema de consulta y necesitan una ayuda ya, para ahora y que perdure en el futuro.
Los nuevos protocolos de atención psicológica, deben acabar las largas, tediosas y costosas sesiones de terapia encaminadas a buscar en el pasado los problemas del hoy. Todo debe encaminarse a identificar el problema actual y las herramientas con que el paciente cuenta para afrontarlo. Ahí se resume el trabajo del nuevo psicólogo. Promover, orientar y asesorar al paciente en el desarrollo de habilidades y búsqueda de herramientas para la auto solución de sus problemas. Todo esto debe consignarse en un plan de mejoramiento plenamente definido en el tiempo y el espacio, donde el único responsable de su éxito es el mismo paciente.
Este nuevo modelo de atención me ha dado excelentes resultados con mis pacientes, los hace sentir “normales”, importantes y capaces, asumiendo todo como un nuevo reto y una nueva esperanza de vida, sin permitir que se vuelvan dependientes del psicólogo, acortando el tiempo de atención y los costos respectivos.
ADIOS AL CELULAR
Por Pedro Acuña Meza
Me cansé que ese aparatico del mundo globalizado, el celular, maneje mi vida y me esclavice a su constante resonar. He permitido, que en poco tiempo ese intruso se meta hasta en lo más íntimo de mi hogar, sin respetar horas ni momentos. Mi número hace parte de una cadena social infinita compuesta por amigos, conocidos y desconocidos que tan solo con un clic se meten en mi intimidad.
El celular me está enloqueciendo; la empresa donde trabajo se cree con el derecho de mantenerme monitorizado las 24 horas del día, según mi jefe debo tener siempre el celular encendido y estar disponible, sin olvidar que el celular es mío, que yo soy quien paga la cuenta.
Ya me cansé y voy a tomar medidas:
1. Si la empresa me da celular, sólo lo encenderé en horas laborales, al salir lo apago y lo entrego como cualquier equipo de uso exclusivo.
2. Solamente contestaré llamadas de las personas que aparezcan registradas en mi base de datos, pero borraré a aquellas personas que sólo llaman para preguntar tonterías.
3. Para mi familia siempre estará la línea abierta, ya que mi familia sólo llama cuando es sumamente necesario.
4. No atenderé llamadas en horas de descanso
Hace quince días que tomé estas medidas y no se imaginan lo bien que ahora me siento, he recuperado mi tranquilidad y soy nuevamente libre. He dejado de ser una persona “importante” y ahora soy alguien común y corriente a quien nadie llama, afortunadamente. Libérese usted también, el celular es un elemento generador de estrés y esclavizante.
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